Puede ocurrirnos identificar “la pastoral” con ciertas actividades
que dirigen catequistas y
Hermanos... ¡pero es mucho más que eso!, aunque también
las incluya.
Podríamos decir de la pastoral aquello que se dice de la utopía.
“Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos y se aleja
dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más
allá. Por mucho que camino, nunca la alcanzaré. ¿Para
qué sirve la utopía?.
Para eso sirve: para caminar”.
¿Cómo describe el objetivo de este modo de ser que nos da identidad
colegial, haciéndonos
caminar?
La meta es ser una comunidad inspirada en Jesús...“el Buen
Pastor, capaz de dar hasta la vida por sus ovejas”(Jn 10,11)
Pastoral: Es un mirar todos y cada uno de los espacios, tiempos y relaciones
humanas dentro del colegio con el corazón evangelizador de Jesús,
Buen Pastor. Es atender las voces que se hacen oír, para responder
con palabras, con gestos, emanados de la única fuente, la de nuestro
Padre. Es tocar heridas y fragilidades, nuestras y de la gente tan diversa
que participa en nuestra comunidad educativa, “curando y haciendo el
bien”... implica también un caminar de aquí para allá,
dentro y fuera del colegio, para ponernos al servicio de los más necesitados.
¿A quién le corresponde hacer “pastoral”?
TODOS ESTAMOS INVITADOS A SER “AGENTES PASTORALES”. No hay lugares,
actividades o momentos privilegiados: desde el saludo de la recepcionista
hasta la jornada oración mensual del colegio... pasando por el docente
que evalúa o el animador juvenil que propone una dinámica grupal...
TODOS ESTAMOS INVITADOS a tener esa mirada, ese corazón, esa escucha,
esas manos y esos pies que siguen la inspiración del Maestro... verdadero
Pastor que nos repite: “nadie me quita la vida, sino que la doy
por mí mismo... es el mandato que recibí de mi Padre”
(Jn 10,18)
Querida Comunidad Educativa, asumamos cada vez más y mejor este modo
de ser, y así educaremos futuros pastores que en el ámbito de
la familia y la sociedad cuiden y cultiven la vida para que ea cada vez más
humana... como en Nazaret María y José forjaron la de Jesús.
Así sea.