El 28 de agosto de 1841, apenas con una veintena de Hermanos y seis años de fundada la Congregación, el Hno. Gabriel obtenía la aprobación de la Congre-gación de los Hnos. de la Sagrada Familia por parte del Papa Gregorio XVI. La “identidad carismática y estilo educativo de la Comunidad de los Hermanos de la Sagrada Familia” tiene su fuente y su origen en la inspiración que del Espíritu Santo recibió el Hno. Gabriel. Mantener, fortalecer y actualizar esta identidad es tarea permanente y de todos. Implica siempre volver a las fuentes y al origen. Quien pierde de vista su origen pierde identidad y, por lo mismo, orientación. Cada persona y cada comunidad tienen algo que ofrecer a los demás, su peculiaridad y el mensaje que ninguna otra persona o comunidad puede ofrecer por ella.
Es por esto mismo que seguros de la riqueza del don y carisma propio del Hno. Gabriel Taborin, necesitamos volver permanentemente a las fuentes, experiencias y vivencias que nos dejó. Su originalidad está en la respuesta que en su época y, según las necesidades de ese momento, él dio a la sociedad. La gran carencia y necesidad de ese momento era: la pobreza cultural y la deshumanización de la persona. Su respuesta fue: “la compasión educativa como acción humanizadora”. Inspirarse en la Sagrada Familia de Nazaret como “ escuela de humanidad”.
Fue en Belleydoux, su pueblo natal, entre 1816 y 1824 que Gabriel hizo experiencia y puso en práctica esta inspiración con los niños abandonados de su pueblo, en un cuarto de su casa que pidió a su padre que le diera, para que ahí funcionara la escuela del pueblo. Hay dos convicciones fundamentales que distinguen el carisma educativo SaFa, tal como ha sido vivido por el Hermano Gabriel y que han permanecido en toda la tradición de los Hermanos de la Sagrada Familia. Estas dos convicciones constitu-yen la referencia normativa para nosotros y pueden ofrecer preciosas orientaciones:
La "compasión educativa" como la forma más alta de humanización inspirada en la Sagrada Familia de Nazaret.
La educación como formación de la persona en todas sus dimensiones.
Estas “intenciones e intuiciones” fundacionales carismáticas y educativas afir-man la Identidad; son como el espíritu interior dinamizador y renovador.