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Nazaret, una manera de mirar

(En Familia Nº 35, abril 2008 )


Jesús pasó haciendo el bien

“Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Pues nada hay oculto que no haya de manifestarse, nada que no haya de saberse.
Por eso todo lo que digáis en la oscuridad será oído en la luz”.
( Lc. 12, 1-3)

El ser humano es historia, proceso de realización que nos define por aquello que hacemos, haciéndonos así humanos.
No empezamos encontrando a Dios allí donde parece que las cosas resultan más perfectas, permanentes y sagradas. Le hallamos, al contrario, en lo más pequeño y frágil, sobre aquel camino fuerte de creatividad y sufrimiento, de fracaso y esperanza que los hombres han ido realizando al realizarse en esa búsqueda que es recíproca.
La presencia de Jesús de Nazaret le ha dado un nuevo y radical sentido a esta historia de la humanidad vivenciada como historia de la Trinidad.
Jesucristo es hombre en el sentido radical de “ser humano”; comprensivo y compasivo, diferente de todas las figuras violentas y poderosas. Por eso Jesucristo no ha pretendido realizar ninguna cosa que resulte extraordinaria: se limita simplemente a “ser humano” según el proyecto de su Padre.
El hombre es el viviente, que intentando hacerse dueño de lo bueno y de lo malo, de la vida y de la muerte, y queriendo imponer su voluntad, incluso en lo divino por los caminos de la violencia y de la envidia, ha matado a Dios sobre la tierra y rebajado la dignidad humana.
Hemos surgido a la vida en diálogo dramático con Dios, pero hemos querido hacernos dueños de las fuentes de la vida en actitud de muerte, pero Dios en su paciencia creadora y en su amor gratuito ha superado en la humanidad de su Hijo Jesús nuestra violencia, prepotencia y deseos de poder.
En el principio de la creación no está el poder y la violencia como tampoco lo está en la Encarnación del Hijo de Dios. En el principio no está “la voluntad de poder” sino “la voluntad de querer, del amor”, en clave de diálogo de Dios con el hombre y de los hombres entre sí. Me han dado la vida y puedo por lo tanto darla y compartirla. Puedo hacerme lo más grande y digno sirviendo a la vida y haciéndome manso. Valgo no por los méritos, jerarquías y títulos sino por el servicio
La sorpresa de la Pascua ha consistido en descubrir que la pequeña historia de Jesús es en verdad la historia decisiva del amor de Dios: resucitado por Dios, Jesús es semilla, garantía y plenitud cumplida del renovado proyecto de hombre que tiene el Padre. Dos formas de existencia se han abierto ante Jesús: por un lado puede aprovecharse de su gloria y disfrutar de su grandeza convirtiendo así su “condición divina” en fuente de egoísmo y de dominio por encima de los otros; por otro lado puede realizar su vida en forma de servicio, compartiendo la existencia con los más necesitados, renunciando a su grandeza y ofreciéndose en las manos de Dios que es pura gracia. Asumiendo este camino de servicio invierte la actitud y postura de Adán, el primer hombre, que pretendía hacerse grande y ser como Dios destruyendo la vida de sus hermanos.
Más que lo que hago, importa lo que me hacen: soy y existo porque me aman. Ciertamente el hombre es creador pero crea a partir de la gratuidad, compasión, gracia y amor de Dios. El ser humano es creador en diálogo de amor que sustenta y se abre a los demás.
El caos, la oscuridad, las tinieblas desfiguran la realidad y dignidad del ser humano. Todo el mensaje y vida de Jesús fue “hacer verdad, liberar del manejo y manipulación, descubrir la mentira que oprime; por eso señala con fuerza: que vuestro SÍ sea un SÍ y vuestro NO sea un NO y no agreguen nada más”. Su decisión de ser consecuente desató la ira de todos los que se sentían cómodos bajo la mentira o la simple fachada.
La CRUZ es el símbolo de la verdad que ilumina y soporta nuestras miserias y limitaciones.
Su CUERPO despedazado es la verdad del AMOR Y COMPASIÓN que no es otra cosa que la fuerza que transforma, anima, sostiene y asegura la esperanza de todo ser humano excluido.
Feliz CAMINO hacia la verdad. Felices PASCUAS.
Hno. Aurelio Arreba
Director


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