Gracias...
(En Familia Nº 29, setiembre 2006
)
Gracias Hno. Gabriel por tu generosidad y fortaleza
Nos encontramos todos este año invitados a participar del
“debate
educativo”. Diría más, invitados a diseñar
el futuro y la felicidad de nuestros hermanos. Hablar de educar, congreso de educación
nacional y Ley de Educación es estar tocando lo más íntimo
y sagrado de la persona porque estamos hablando de su libertad y destino futuro.
Nuestras acciones u omisiones sobre el proceso de crecimiento de los demás
son muy importantes. Educar es ante todo ejercitar y habilitar para la libertad
y capacidad de amar. Debates, congresos y leyes si no respetan y tienen en cuenta
este derecho fundamental están falseando a la persona. Por otro lado durante
el mes de agosto nos han visitado los Hnos. Carlo y Juan Carlos, delegados por
el Hno. Lino da Campo, Superior General. Han venido como hermanos entre sus hermanos
a compartir la vida, ver, escuchar, aprender y sentir cómo en estos pueblos
el carisma del Hno. Gabriel es vivido; cómo aprendemos a convivir, compartir,
hacer familia, preparar para la vida. Su compañía, sus mensajes,
sus insinuaciones nos han hecho notar y valorar lo que el carisma y la modalidad
del Hno. Gabriel genera: alegría, sencillez, esperanza y cómo, juntos
Hnos.y laicos, vamos construyendo el tipo de comunidad que asegura el desarrollo
y felicidad del ser humano. También aparecen hoy los desafíos que
tenemos que enfrentar para que esa persona que se nos confía para educarla
no se degrade, ni se rebaje ante tanta propuesta deshumanizante. Tampoco es casualidad
que en este mes de agosto celebremos un acontecimiento clave para el Instituto
de los Hnos.de la Sagrada Familia. Fecha y acontecimiento que ilumina, impulsa
y anima toda nuestra misión. El 28 de agosto de 1841 el Papa Gregorio XVI
aprobaba la Congregación y se alegraba por la presencia en la Iglesia de
estos
“PEQUEÑOS COLABORADORES, que sin ser sacerdotes, han
elegido la mejor parte: educar a los niños y jóvenes en la virtud
y el saber”. Así dice el Papa en el decreto de aprobación.
No deja de ser aún más significativo que con todas las dificultades
que tuvo el Hno. Gabriel para fundar la Congregación; el Papa la aprobara,
apenas unos seis años después de tener la primera comunidad estable.
Eran todavía un puñado de Hnos.y no muy bien formados y el Papa
se alegra por estos colaboradores y aprueba la comunidad. Gabriel, clarividente
y empecinado por y para las obras que valen la pena, se va para Roma y le pide
al Papa la aprobación. El Papa le contesta con un decreto donde señala
lo que es el núcleo, corazón y razón de ser de la Comunidad
de Hnos. de la Sagrada Familia.
“ ... Recibidos, pues, estos documentos, Nos hemos alegrado mucho
en el Señor a causa de la nueva ayuda de estos COOPERADORES, que sin ser
ordenados sacerdotes, han elegido la mejor parte para educar a los niños
y jóvenes en la piedad, enseñándoles los primeros elementos
de la cultura y están dispuestos a colaborar con los párrocos...
En consecuencia APROBAMOS CON SUMO AGRADO LA CITADA ASOCIACIÓN DE HERMANOS
DE LA SAGRADA FAMILIA, QUE VIVIENDO EN COMUNIDAD Y BAJO EL CUIDADO DE UN SUPERIOR;
SE DEDICA A OBRAS PIADOSAS, ESPECIALMENTE A LA EDUCACIÓN DE LA JUVENTUD...”
Gracias Hno. Gabriel por la gracia y regalo que nos dejaste; gracias a tantos
Hnos., a tantas familias, alumnos, docentes, catequistas, funcionarios, etc. por
dedicarse, con tanto empeño y cariño, a formar buenos ciudadanos
para la sociedad y buenos cristianos para el reino de Dios. Gracias Señor
por poder gustar del carisma nazareno.
Hno. Aurelio Arreba
Director