Una historia divina y humana
(En Familia Nº 21, julio 2004
)
“Glorifiquen conmigo al Señor Alabemos todos juntos su nombre”.
(S.34)
Bien podríamos poner este versículo del Salmo 34 en boca del
Colegio, si lo personificáramos, al cumplir sus 115 jóvenes
años. Una historia que es antigua pero siempre nueva, que nos estimula
y nos compromete porque no hay tiempo para detenernos en el pasado, a no ser
para recoger aquellos valores esenciales que nos permitan continuar el camino,
ya que el mañana nos desafía. Una historia que podríamos
calificar como divina y humana. Divina: porque es parte del misterio de un
Dios que quiere comunicarse y darse a conocer a través de hombres que
proclamen su Palabra de vida.
“¡Qué grande es la misión que se les ha confiado,
Hermanos!,les recordaba el Hno. Amadeo, Superior General, a los Hermanos Fundadores
en 1889. Otros van por negocios o misiones científicas. Vds. van a educar en el amor de Dios a los niños
de una parte del mundo donde ha habido muy pocos educadores religiosos antes de la llegada de Vds.”.
El anuncio del Evangelio constituye la razón de ser de nuestro Colegio. Historia humana: fruto
del esfuerzo de muchos Hermanos y laicos, rica en frutos de espiritualidad y cultura, hecha por hombres,
con sus claroscuros, sus aciertos y sus errores, pero siempre alimentada por nobles
ideales y esas ansias de plenitud e infinito que alberga el corazón humano. Todos quienes
nos sentimos parte de esta casa estamos invitados a unirnos en una sentida acción de gracias al
Padre. Desde lo íntimo del corazón de cada uno elevemos un canto de alabanza, por esta historia
humano-divina de 115 años y por todo el bien que - con la benévola protección
de la Sagrada Familia y el Hno. Gabriel -se ha podido realizar en este tiempo
entre los niños, los jóvenes y sus familias.
Hno. Néstor Achigar