“ verás que el mundo no está embrujado
que es tan real como el amigo que está a tu lado
y junto a él tomándote de la mano
podrás cumplir con tus sueños haciéndolos realidad”.
Durante dos días el Colegio abandonó su clásico orden
habitual para dar lugar a la informalidad y la fiesta. Es ésta ingrediente
constitutivo del acontecer humano. Cada familia, cada grupo, cada comunidad
tiene su peculiar manera de festejar y en ella revela de alguna manera su
identidad.
La fiesta es diversión pero también consolidación de
vínculos; es entretenimiento pero también desafío a la
creatividad; es competencia pero también capacidad de trabajo en equipo;
es gratuidad pero también generosidad y entrega.
Si a nivel de la Iglesia de Montevideo se celebraba la Semana de la Familia
fue esta una manera de unirnos y consolidarnos como familia SAFA inspirada
siempre en la sencillez, la humildad y el espíritu laborioso de Nazareth.
La proclamación de la Palabra de Dios que abrió la 2ª jornada
nos dejó un claro mensaje de esperanza y de paz:
“Nada os preocupe;
sino que en toda ocasión, en la oración y súplica con
acción de gracias,
vuestras peticiones sean presentadas a Dios.
Y la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento
custodiará vuestros corazones”. (Fil.4,6)
Ojalá sepamos reservarle siempre a Dios un lugarcito en nuestras familias
y descubrir los espacios y motivos de fiesta que distienden tensiones, afianzan
vínculos y nos convierte en promotores de la paz verdadera: la del
corazón.