Durante Semana Santa, comunidades de la Sagrada Familia de nuestro país estuvieron de misión en Ciudad del Plata.
Les compartimos apenas un poquito de lo que fue, para que sean parte de esto junto a nosotros.
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Se realizó una nueva Misión Nazarena que aglutinó a cerca de 80 jóvenes de la Familia Sa-Fa de Uruguay
en la localidad de Progreso, Canelones.
Fue un tiempo de encuentro y de profundización en el carisma a través del servicio fraterno.
Además de las actividades entre los propios jóvenes, buena parte del tiempo tuvo una finalidad social: la actividad de
misión hacia los demás.
Visitaron algún Hogar de ancianos, un Centro de Asistencia a la Infancia (CAIF) y un centro de personas que tratan de reinsertarse
en la sociedad después de haber cumplido penas de prisión.
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Hace mucho que no me tocaba pensar y llevar a palabras algo tan difícil como describir Misión.
En primer lugar, Misión hizo que sea la persona que soy hoy en día; me dio esperanza en momentos que no imaginaba solución. Me enseñó lo importante y lo lindo que es la fuerza de la oración. El agradecer, por los atardeceres y amaneceres. Agradecer por el coincidir, lo lindo que es el coincidir con gente que llenan el alma de luz y amor. Y el aprender que “la vida tiene que ver con ir trenzando y construyendo una red en vidas en torno. Tiene que ver con ir aprendiendo a compartir historias, trayectos, partes del camino”. “Porque vivimos en y para las relaciones, la comunicación y el encuentro”. Misión es vivir en carne propia el amar sin medidas, entregar, exponer nuestro corazón y poblarlo de nombres. Con todo ese amor construir, construir gestos, encuentros, historias. Porque, al fin y al cabo, lo único que nos puede mantener enteros es el amor.
Me enseñó la importancia de la alegría y lo importante que es transmitirla. El tener charlas con sonrisas interminables; igual que abrazos con fuerzas de huracanes e interminables, esos abrazos que te quedan en el alma guardados para siempre.
Desde 2014, que experimenté mi primera Misión, trate de describirla y me salía la frase trille de “para entenderla tenés que vivirla”. En la Misión de Semana Santa 2018, con un recopilado de oraciones, intenté armar una oración que representara Misión. Esto fue lo más cercano que llegué: sentir en cada abrazo una revolución para seguir sirviendo el camino hacia el amor, empapando nuestras manos de servicio para dar y llenando nuestro corazón de nombres.
Misión es mucho más que estos párrafos, esto es lo que me sale en palabras.
Luego vino la pandemia que sacó todos estos sentires y vivencias de Misión. De alguna forma nos apagó, dejamos de tener esos sentir de abrazos. Gracias a Dios, después de dos años, pudimos volver a sentirnos en casa, sentirnos familia, sentirnos Sa-Fa. El volver a vivir una vigilia en comunidad, un Via Crucis, el compartir, el emocionarnos, abrazarnos, etc. Hoy puedo decir que gracias a esta Misión, me volví a encender, volví a sentir.
Los esperamos a todos los que se quieran volver a prender, o quieran encontrar, su llama.
En esta Misión se vivieron sentimientos fuertes. Después de dos años pudimos volver a conectarnos, volver a sentir. Nuevamente pudimos salir a caminar al encuentro, el encontrarnos con personas, conocerlas, empaparnos de ellas. El sentirnos comunidad con personas que conocimos ese día hizo que volviéramos a creer en la unión, en el ver a Jesús tangible en un otro.
Fueron días donde misionamos, invitamos a niños y adultos a compartir una merienda, donde rezamos, nos encontramos con otros y con nosotros mismos. Donde volvimos a sentir el cansancio de lo lindo de entregarnos. Donde resignificamos la vigilia del jueves de noche o el Via Crucis.
Donde volvimos a sentir en cada abrazo una revolución para seguir sirviendo el camino hacia el amor, empapando nuestras manos de servicio para dar y llenando nuestro corazón de nombres.
Misión es mucho más que estos párrafos, esto es lo que me sale en palabras.
Clara Álvarez
Responsable del Grupo Misión Sa-Fa Aguada
En la pasada semana de vacaciones de primavera, del 14 al 17 de setiembre, se desarrolló en la ciudad de Minas la Misión Nazarena. En esta ocasión participaron 140 alumnos, exalumnos y funcionarios de las obras de los Hermanos de la Sagrada Familia en Uruguay y 2 misioneros argentinos. Acompañadron los Hermanos Javier, Julio y Victorino.
Bajo el lema de “Vivir Nazaret solamente con lo puesto”, se trabajó con lo esencial para cada uno y para la misión, para un vivir misionero.
El punto de encuentro fue el colegio “San José” de Minas, y desde ese lugar se dividieron en 6 comunidades, a las que pertenecerían desde el mismo día de la llegada hasta el lunes, viviendo en comunidad y realizando salidas de evangelización y ludificación con todas las edades. Estas comunidades, conformadas entre 15 y 25 chicos, quedaron repartidas entre 5 barrios de Minas y el pueblo Solís de Mataojo. En todas se logró visitar muchas casas y realizar actividades, sobre todo con niños, que se hicieron asiduos en todas las comunidades.
En el último día de misión se realizó una peregrinación hacia la Virgen de Nuestra Señora del Verdún, partiendo desde el liceo y finalizando con una Santa Misa en la cima del cerro, celebrada por el obispo de la Diócesis, Mons. Jaime Fuentes.
Fue una misión que resultó corta en duración, pero muy disfrutable, llena de experiencias y anécdotas, que permitió dejar entrar ese soplo del espíritu que mueve, contagia, y nos encuentra.
Organiza el Grupo Misión Sa-Fa
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Un nutrido grupo de jóvenes de nuestros colegios SAFA de Uruguay, junto al Hno. Javier González, concurrieron a la Jornada Mundial de la Juventud realizada recientemente en Panamá.
Encuentros en la calle... en el metro... en todas partes. Vivenciar la fe a cada instante y encuentros de oración o celebraciones con miles de jóvenes venidos de todo el mundo. Sin entendernos pero sintonizando en lo mismo. Sintiéndonos familia. Escuchar el Padre Nuestro en muchas lenguas, entendiendo pero sin entender. Vivimos el Nazaret en las familias de acogida (nos sentíamos acogidos como nos imaginamos que Jesús María y José recibirían al extranjero). Y el anuncio del Evangelio en la calle. Por la alegría la comunicación, el abrazo, el saludo y el Dios te bendiga con todos.
Pocos días pero sumamente intensos para todos.