En un grupo de catequesis pregunté a los alumnos qué era para ellos la Navidad y una niña me respondió:
“La Navidad es Dios que se hace chiquitito para estar con nosotros...”
Una sencilla respuesta para trasmitir cómo vive un niño la Navidad, como nos dice San Pablo en su carta a los Filipenses:
“Tengan los mismos sentimientos de Cristo Jesús, quien, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de ser igual a Dios; sino que se vació de sí y tomó la condición de esclavo, haciéndose semejante a los hombres. Y mostrándose en figura humana se humilló, se hizo obediente hasta la muerte, y una muerte en cruz”.
El Adviento nos invita a vivir en la esperanza. Esperanza que se torna hoy más que nunca una virtud a encarnar en nuestros gestos y actitudes. Es un tiempo de volver a la imagen del nacimiento de Jesús en Belén, para descansar de las situaciones que pesan en nuestro corazón y comprender a Dios que desea caminar junto a nosotros, ayudándonos a llevar nuestras cruces cotidianas. Es un tiempo de esperar y confiar en que la fuerza del amor puede hacer posible la solidaridad, la unión, la justicia y la paz que tanto anhelamos.
¡Feliz Navidad y un muy buen comienzo del año 2022!
Hno. Edgardo Bruzzoni
Animador Provincial