Roma, 1 de noviembre 2017
Estimados Hermanos, miembros de las Fraternidades Nazarenas, Aspirantes a Hermanos, Comunidades Educativas, Comunidades cristianas, Catequistas y amigos de la Familia Sa-Fa:
Próxima la fiesta del Venerable Hermano Gabriel os envío esta breve reflexión con el fin de que nos ayude a recordar nuestra tradición y a profundizar en el fortalecimiento de nuestro carisma. En esta ocasión vuelvo a retomar la conocida frase del Fundador “formar buenos ciudadanos para la sociedad y santos para el cielo”. Un ideal educativo y pastoral que todos los miembros de la Familia Sa-Fa podemos tener presente a la hora de llevar a cabo la misión del Instituto en nuestros lugares de presencia.
Ciertamente el ideal educativo en el contexto actual difiere en parte de cómo lo entendía el Hermano Gabriel en su época. Con el deseo de ofrecer un buen servicio a la infancia y a la juventud a través de la educación, nuestro Fundador intuyó la importancia de armonizar los valores humanos y cristianos conforme a la visión religiosa de la vida donde la cultura no puede prescindir del Evangelio.
La débil situación de la sociedad francesa en los aspectos educativos y evangelizadores llevó al Venerable Hermano Gabriel a mirar las necesidades de la juventud de su época de un modo compasivo y comprometido. Prolongar esa mirada y contribuir a la noble misión de “formar buenos ciudadanos para la sociedad y santos para el cielo” es la tarea que nos corresponde en el contexto cultural de nuestro mundo. Hoy como ayer la expresión del Hermano Gabriel viene a ser el enunciado conciso de un planteamiento educativo que, sin perder nada de la tradición, debe tener su puesto creativo en la época actual. El contenido de este principio pedagógico nos invita a atender educativamente todas las dimensiones de la personalidad de nuestros educandos y a comprometernos con la mejora asidua de la sociedad.
También hoy nos seguimos cuestionando cómo hacer que nuestra escuela sea promotora y creadora de “ciudadanos responsables y de cristianos comprometidos”, cuestión que nuestro Proyecto Educativo quiere armonizar al señalar que, “en la actividad cotidiana de la educación, tanto en los centros educativos como en los espacios no formales, la actividad educadora del Instituto pretende responder con la doble tarea de humanización y evangelización”. Se impone, por consiguiente, un esfuerzo común para que se ponga de relieve la finalidad humanista, científica, cristiana y ética de la labor de nuestra escuela mediante programas y medios adecuados.
Hemos de reconocer que en la tarea educativa actual cuesta fatiga mantener vivo este ideal a causa de una cultura marcada por el pluralismo de las ideas y de los comportamientos, por la caducidad y rápida sustitución de los conocimientos, por la generalizada socialización del pensamiento único, por el papel dominante de los medios de comunicación social, por el influjo de las redes de comunicación, por los nuevos modelos de agrupación familiar, por el control del ciberespacio y por el relativismo ideológico.
La reedición de nuestro Proyecto Educativo Sa-Fa en el 2011, enriquecido con las nuevas sensibilidades de la antropología, la pedagogía y la teología actuales, me permite recordar para la celebración de la Fiesta de este año algunas convicciones a mantener y a recrear del ideal educativo del Hermano Gabriel en ambas partes de su enunciado. Así pues, “formar buenos ciudadanos” está relacionado:
De igual manera el ideal de “santos para el cielo” está relacionado:
En la formación de los jóvenes, miembros de Comunidades, Fraternidades, grupos de animación y solidaridad deben dedicarse los mejores esfuerzos junto a valiosas metodologías apropiadas a cada contexto. Sería erróneo considerar cualquiera de estos ámbitos para fines ideológicos.
Con motivo de la celebración de la Fiesta de este año invito a todos los miembros de la Familia Sa-Fa a contribuir creativamente con nuevas aportaciones al ideal tan querido por el Venerable Hermano Gabriel de “formar buenos ciudadanos para la sociedad y santos para el cielo”. ¡Feliz celebración!
H. Juan Andrés Martos Moro, SG